“La fluidez del agua inspira mi intuición, mi creatividad y mi adaptación a la vida. A medida que el agua corre por el papel, el pigmento hace su magia para formar lo que mi imaginación busca. Busco conocimiento, equilibrio y serenidad y eso es lo que quiero dejar constancia en mi trabajo.

Me encanta pintar frutas, flores, paisajes y todo lo que me aporte sensación de vitalidad, como los colores, la textura y muchas veces hasta el aroma.

A menudo pinto acuarelas realistas, pero también me gusta un estilo más fluido. Creo que así somos: mente y corazón, razón y sensibilidad, la síntesis de todo esto nos equilibra. Disfruto enseñar tanto como pintar, mostrar a los artistas cómo aprender a gestionar los accidentes en el proceso de pintura puede enseñarnos cómo resolver los problemas cotidianos que surgen en nuestras vidas”.