Cuota:
Mangostanes
Esta pieza de estudio comenzó con una fotografía de un hermoso jarrón de porcelana blanca con intrincados diseños azules y una mesa llena de jugosos mangostanes. Estos elementos individuales son temas perfectos para una conversación visual íntima.
Seleccioné tres colores muy interesantes para este proceso de pintura tan divertido e intuitivo:
- Apatita verde genuina por su textura altamente granulada y orgánica: observe cómo la pintura se transforma en una alquimia de trozos de verde oliva, marrón y negro.
- Azul lunar es un color de doble pigmento que se puede dividir y separar en tonos vibrantes y dimensionales.
- Rosa de Ultramar también es de doble pigmento
En lugar de mezclar en mi paleta, elegí mezclar colores individuales directamente sobre el papel. Este método requiere paciencia para no agitar demasiado los colores. Observe cómo las pinturas se empujan y tiran entre sí. Recomiendo dejar que las pinturas se sequen lentamente (en lugar de usar un secador de pelo) para permitir la sedimentación natural de varios pigmentos.
Peras y caquis
Encontré algunas peras de formas extrañas en la cocina y combinaban muy bien con los caquis de color naranja intenso que compré en el supermercado. Temas perfectos para una pequeña pintura de naturaleza muerta. La cocina es siempre una fuente de inspiración y ofrece infinitas posibilidades.
Para esta pintura, trabajé sin ningún dibujo inicial para mantener el proceso espontáneo y mantenerme en suspenso. Me gusta responder al movimiento de la pintura y el agua sobre el papel. La combinación de acuarelas directamente sobre papel permite que cada color individual se empuje y se acerque entre sí, de forma muy parecida a dos parejas en la pista de baile. Esto puede ayudar a crear texturas muy interesantes y también preservar la vitalidad de los colores individuales. A medida que los lavados se secan, paso a herramientas de dibujo para interrumpir y manipular la superficie. Lentamente agrego nuevas líneas para definir y extender las formas coloreadas.